sábado, 21 de enero de 2012

YIN Y YANG - MASCULINO FEMENINO

Cuenta la leyenda que cuando Pangu, el Dios de la creación, vio que el Cielo y la Tierra estaban bien formados y estables, murió, pero antes usó su cuerpo para crear un mundo pródigo y hermoso. Sus miembros se convirtieron en montañas, su sangre dio origen a los ríos, sus músculos formaron los campos, y su piel y pelo se convirtieron en miríadas de plantas y animales. El aire que exhaló formó el viento y las nubes, y su sonido llegó a ser el rugido de los truenos. Su sudor se transformó en el rocío de la mañana y la nutritiva lluvia.

Pero cuando el ojo izquierdo de Pangu se convirtió en el Sol y el ojo derecho en la Luna, el universo se dividió en Yin y Yang, "izquierda masculino" y "derecha femenino”, la gran dualidad sobre la que se basaría la escuela Tao para desarrollar su teoría de los opuestos.

La teoría de Yin y Yang indica que todas las cosas en la naturaleza poseen dos lados contrarios pero complementarios. Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De esto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista.

·         Son consideradas como Yang generalmente, las cosas en movimientos violentos, exteriores, ascendentes, calientes o brillantes.

·         Están consideradas como Yin las cosas relativamente tranquilas e interiores, dirigidas hacia abajo, frías o apagadas.

·         El Cielo que es luminoso y claro está considerado como Yang.

·         La Tierra que es pesada y opaca está considerada como Yin.

·         El agua pertenece a Yin porque es fría y húmeda.

·         El fuego pertenece a Yang porque desprende calor y quema.

La teoría de Yin y Yang explica que los cinco elementos (madera, agua, fuego, tierra y metal) representan la relación fundamental de los cambios.

Los cinco elementos están en perpetuo movimiento condicionando a la generación mutua e inhibición recíproca, en donde el Yin y el Yang forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial, ya que cuando uno crece en exceso fuerza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca una nueva transformación. Por ejemplo, el exceso de vapor en las nubes (yin) provoca la lluvia (yang).

"El vacío infinito produce Tai Chi; el movimiento de Tai Chi genera Yang; cuando el movimiento se vuelve extremo, se transforma en paz mental y la paz mental genera Yin; cuando la paz mental se vuelve extrema, se transforma de nuevo en movimiento. El movimiento y la paz mental, una cosa origina la otra; el Yin y el Yang son diferentes y opuestos". Así es como "Tai Chi genera Yin y Yang" y "Cuando los dos interactúan uno con otro, suceden una multitud de cosas. De esta manera, una cosa va produciendo otra y los cambios son infinitos".

Esta es la mejor explicación y la más comprensible del concepto de Yin y Yang dada por los sabios del pasado en el Libro de las Mutaciones.

Hombre izquierda, mujer derecha

Los antiguos chinos decían cada cosa se podía definir por su longitud, su espesor, su delgadez, etc. Solían hacer una clasificación para todas las cosas:

·         si eran gordas, largas, altas y estaban situadas en el lado izquierdo eran catalogadas como Yang.

·         las cosas pequeñas, cortas, bajas y situadas en el lado derecho eran clasificadas como Yin.

 Yang es firme y fuerte, y Yin es dulce y débil.

En términos de temperamento, el hombre es masculino por lo que pertenece a Yang, la izquierda, mientras que la mujer es femenina, dulce y amable, pertenece a Yin, la derecha.

·         El Yin es lo femenino, la tierra, la luna, la noche, la sombra, la quietud, lo descendente, lo movedizo, lo frío, lo blando.

·         El Yang es lo masculino, el cielo, el sol, el día, la luz, la actividad, el movimiento, lo ascendente, lo caliente, lo duro.

El Yin es el reposo y el Yang el movimiento, y en interacción generan ciclos constantes de cambio en el que cada uno se convierte en otro, cuando el Yin mengua aparece el Yang y viceversa. Es una increíble interacción que genera emanaciones de energía que dan vida a todas los seres.

A diferencia del pensamiento occidental, donde los opuestos se contraponen sin ninguna relación entre ellos como si fueran dos cosas separadas, el entendimiento oriental del Yin y el Yang nos invita a percatarnos de que en la dualidad está la verdadera unidad, porque los opuestos no pueden existir el uno sin el otro.

viernes, 20 de enero de 2012

LA ACEPTACIÓN

Me da vueltas por la cabeza el tema de la aceptación. Actitud humana, inteligente, bondadosa y democrática. Sus opuestos me parecen la intolerancia, la lucha, el juicio, la condena…

Pero prefiero pensarla en positivo, y para ello me ayuda Deepak Chopra y su conocido libro “Las siete leyes espirituales del éxito”.

“La cuarta ley espiritual del éxito es la ley del menor esfuerzo. Esta ley se basa en el hecho de que la inteligencia de la naturaleza funciona con toda facilidad y despreocupación. Ése es el principio de la menor acción, de la no resistencia. Por consiguiente, es el principio de la armonía y el amor.”

Si comprendemos el mundo como guiado por la inteligencia de la naturaleza, veremos que las cosas suceden como suceden por algo. Venimos al mundo, en el lugar, el momento, la familia, la historia, que nos toca y eso no lo podemos cambiar. Diríamos que es una realidad “Fáctica” no está en nuestras manos cambiarla.

“La hierba no tiene que hacer ningún esfuerzo para crecer; sencillamente, crece. Los peces no se esfuerzan para nadar; sencillamente, nadan. Las flores no hacen ningún esfuerzo para abrirse; sencillamente, se abren. Las aves no se esfuerzan para volar; sencillamente, vuelan. Ésa es su naturaleza intrínseca.”

Crecemos, nos desarrollamos como universo, mundo, sociedad y persona como parte de este todo al que pertenecemos. Con las cosas que nos gustan y las que no nos agradan: Situaciones, leyes, momentos, personas, emociones, etc.

“La ley del menor esfuerzo tiene tres componentes - tres cosas que podemos hacer para poner en funcionamiento este principio de "hacer menos para lograr más".

 El primer componente es la aceptación. Aceptar significa sencillamente contraer un compromiso: "Hoy aceptaré a las personas, las situaciones, las circunstancias y los hechos tal como se presenten". Eso significa que sabremos que este momento es como debe ser, porque todo el universo es como debe ser. Este momento - el que estamos viviendo ahora mismo - es la culminación de todos los momentos que hemos vivido en el pasado. Este momento es como es porque todo el universo es como es.”

Aceptar (del latín acceptatio)  es reconocer que las cosas son de una manera y no de otra, y que independiente de mi tienen existencia, tienen sentido y desarrollo. El diccionario tiene varias acepciones

1.      Recibimiento de forma voluntaria de una cosa. 2. Aprobación 3. Admisión, conformidad

Esta  relacionada con la Empatía: (del vocablo griego antiguo εμπαθεια, formado εν, 'en el interior de', y πάθoς, 'sufrimiento, lo que se sufre') Esta actitud busca comprender la perspectiva, creencias, pensamientos, emociones y creencias del otro. Es una de las habilidades prácticas de la inteligencia emocional. Lo primero es no cerrarse en la propia postura y mirar al otro en toda su realidad para comprenderlo. No significa adherir a sus ideas y creencias, pero si dejarlo ser y pensar. Aceptar es descubrir que el otro es un “legitimo  otro” y el respeto me hace aceptar lo diferente sin que ello sea un riesgo para mi existencia o manera de ver.

“Aceptamos las cosas como son, no como quisiéramos que fueran, en este momento. Es importante comprender esto: podemos desear que las cosas sean diferentes en el futuro, pero en este momento debemos aceptarlas como son.”



Aceptar también incluye ser responsable (segundo componente de esta ley), es decir tener la capacidad de dar una respuesta creativa a la situación, haciéndome cargo de lo que pasa y no culpando a los demás de los males que observo.

“Una vez aceptado un suceso, un problema o una circunstancia, responsabilidad significa la capacidad de tener una respuesta creativa a la situación tal como es en este momento. En todos los problemas hay un principio de oportunidad, y esta conciencia nos permite aprovechar el momento y transformarlo en una situación o una cosa mejor.”

Claro para que sea posible la aceptación debo librarme de toda idea persecutoria. El que no está de acuerdo a mis (o nuestras) ideas está contra mío (o nuestro). Esa mentalidad de tercero excluido, las cosas son de una manera o de su contraria, dejan a la realidad sin los matices diversos y siempre ricos que tiene. Esta forma de vivir nos lleva a una actitud defensiva o de ataque frente a todo lo distinto. Y el paradigma es “convencer” o sea vencer con argumentos al enemigo o contrario.

“El tercer componente de la ley del menor esfuerzo es asumir una actitud no defensiva, lo que significa que nuestra conciencia abandona su actitud defensiva y nosotros renunciamos a la necesidad de convencer o persuadir a los demás de que nuestro punto de vista es el correcto.”

¿No habrá una forma más pacifica de convivir en el mundo?

Será la Aceptación la clave para dejar de querer aniquilar al otro que es distinto o piensa distinto. La aniquilación a veces es simbólica: “no existís para mí”, “esa realidad no debiera existir”, “ese tipo de gente debería desaparecer”.

Para reflexionar les dejo las tres propuestas de Chopra en su libro citado para poner en práctica:

1) Practicaré la aceptación. Hoy aceptaré a las personas, las situaciones, las circunstancias y los sucesos tal como se presenten. Sabré que este momento es como debe ser, porque todo el universo es como debe ser. No lucharé contra todo el universo poniéndome en contra del momento presente. Mi aceptación es total y completa. Acepto las cosas como son en este momento, no como me gustaría que fueran.

2) Habiendo aceptado las cosas como son, aceptaré la responsabilidad de mi situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Sé que asumir la responsabilidad significa no culpar a nada ni a nadie de mi situación (y eso me incluye a mí). También sé que todo problema es una oportunidad disfrazada, y que esta actitud de alerta ante todas las oportunidades me permite transformar este momento en un beneficio mayor.

3) Hoy mi conciencia mantendrá una actitud no defensiva. Renunciaré a la necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré la necesidad de convencer o persuadir a los demás de que acepten mi punto de vista.